15/01/2023 -
CASTELLÓ. La alfarería acompaña a la humanidad desde hace miles de años, desde que en Mesopotamia nació una primera versión de los actuales tornos, en los que los artesanos del barro y de la arcilla de la época comenzaron a fabricar sus creaciones. Una tradición que se ha consolidado como una seña de identidad de muchas áreas geográficas de España, entre ellas la cuenca mediterránea, durante muchos siglos. No obstante, en la actualidad el oficio de alfarero y sus producciones parecen haber dejado de seducir al mercado y ya son pocas, aunque resistentes, las personas que lo ejercen. Uno de ellos es Tilman Vogelgsang, más conocido por Tilo. De origen alemán, de Stuttgart concretamente, tiene su taller en Xiva de Morella, lugar que conoció en la década de los años 80 del siglo XX, cuando sus padres compraron una casa donde pasaba largas temporadas durante las vacaciones. Fue allí donde abrió su taller en 1992. "La alfarería era una cosa que siempre me ha gustado, ya que he vivido rodeado de referencias de cerámica", explica Tilo. Su taller ocupa el espacio donde antes estaban las antiguas escuelas de esta pequeña localidad dels Ports, que ahora cuenta con algo más de 20 habitantes. "Me gusta estar aquí por la tranquilidad que tengo, los vecinos somos como una familia".
Alumno de grandes maestros
Tilo insiste en recordar que Juan Martínez Villacañas, conocido como Tito, galardonado con Premio Nacional de Artesanía en los años 2006 y 2012, así como Premio Nacional de Cerámica en 2011, fue su maestro durante tres años en su taller de Úbeda. Además, también quiere reconocer los conocimientos que le aportaron Antonio Gayán y el alfarero francés Bernard Mahieux.
"Casi toda mi trayectoria la he dedicado, sobre todo, a realizar cerámica decorativa de corte tradicional, ya que me gusta la riqueza de las formas tradicionales, pero en los últimos años he apostado más por la fabricación de piezas de cerámica artesanal utilitaria en la que ya utilizo materiales como el gres y la porcelana, porque tienen una mayor dureza y los objetos son más resistentes. Además, se pueden poner en el lavavajillas, ya que no se rompen ni se dañan", asegura Tilo.
Con más de 30 años dedicados a la alfarería, en esa primera época de su trayectoria en la sala de exposición de su taller las piezas más comunes eran los cántaros, las tinajas, los platos o los cuencos decorativos, entre otros; pero en este momento "no hay demasiado mercado para estas piezas y si las elaboro es más por satisfacción propia y porque me gusta la alfarería tradicional", explica Tilo, quien considera "una lástima que se pierda esa riqueza cultural que significan objetos tradicionales como los cántaros o las tinajas, hay gente que lo valora pero no es un producto para la mayoría".
La tienda de Morella, víctima de la crisis
Durante un tiempo, Alfarería Tilo tuvo una tienda en Morella donde vendía sus creaciones, pero se cerró en 2009, en pleno furor de las consecuencias de la crisis de la burbuja inmobiliaria. Ahora sus ventas se realizan en el propio taller o a través de su página web, que quiere renovar en breve. El alfarero afincado en Xiva de Morella también ha recorrido durante su trayectoria las diferentes ferias cerámicas que se celebran en localidades como Argentona, Montblanc, Ponferrada, Sant Julià de Vilatorta, La Galera o l'Alcora, entre otras. Una costumbre que quiere recuperar una vez se han eliminado las restricciones a causa de la pandemia.
En estas ferias, la idea de Tilo es vender también piezas de la llamada cerámica utilitaria, como son los cuencos, jarrones, juegos para chupitos, aceiteras, chawanes o los morteros, entre otros, en los que se observa claramente la influencia oriental. "Mi estilo es una mezcla de la tradición alfarera española y de la oriental, sobre todo de la japonesa, que me atrae mucho por el estilo de sus esmaltados tipo celadon o tenmoku, o los realizados con cenizas". Una personalidad propia forjada con los años que sigue seduciendo a los amantes de la alfarería.
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